Siendo un tópico todos los años y, como no, recién estrenado el 2022, podríamos empezar a hacer un listado de todos aquellos planes/metas/objetivos enfocados para este nuevo año.
Muy posiblemente, algunos de los cuales ya formaron parte de la lista del 2021, y del 2020. Bien, hemos de reconocer que han sido dos años bastante fatídicos en los que, la probabilidad de cumplir sueños del tipo «viajar», se han imposibilitado por toda las restricciones a las que hemos estado sometidos.
Pero, apuntando a diana, quiero expresar, aquí y ahora que, el objetivo de mis palabras no es que hagas un listado con todos aquellos planes procrastinados… ¿por qué? Allá voy:
- Porque en el caso de que no los logres, muy probable será que te frustres
- Que te frustres y te culpabilices
- Que te culpabilices y te critiques
- Que te critiques y te auto exijas por encima de tus posibilidades
- Que tus posibilidades de ser empátic0/a contigo mismo/a se minimicen
- Que tal como minimizas tus capacidades, se maximice tu capacidad autodestructiva
- Porque claro, «eres un vago/a; porque otro año igual; porque así no vas a conseguir nada…
Espero entiendas el tono irónico de la última frase.
Simplemente vengo a decirte que, ante este listado de actitudes a cambiar, sitios que visitar, conductas que instaurar… actúes con el mayor realismo posible.
- Que si no los cumples, NOPASA N A D A
- Que eres humano/a, NOP E R F E C T O/A
- Que todos esos objetivosplanesmetasalargoplazose construyan cualquier día al uso, siendo un hermoso 1 de enero, o un maravilloso 12 de mayo.
Así pues, recuérdate (cada día) que cada día merece ser celebrado, que nunca es tarde para empezar un nuevo plan, y que como en los bares, «el no se fía, mañana sí», no sirve más que para caer en autoengaños.
Si quieres algo y vas a por ello, genial.
Si quieres algo y no estás preparado/a, genial también.
Idealicemos lo que vemos (con nuestros ojos), lo que logramos hoy, mañana, o quién sabe…
Por Raquel García Bayarri, psicóloga