Inici ALTRES NOTICIES A decir verdad.. ¿sabremos vivir? (psicología)

A decir verdad.. ¿sabremos vivir? (psicología)

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Realmente… ¿sabemos vivir?

Hace poco cayó en mis manos un texto que, voy a compartir por aquí, con el objetivo de poder reflexionar un poquito. Se titula “el juego en el que andamos” y dice…

“Si me dieran a elegir, yo elegiría esta salud de saber que estamos enfermos; esta dicha de andar tan infelices. Si me dieran a elegir, yo elegiría esta inocencia de no ser un inocente, esta pureza en que ando por impuro. Si me dieran a elegir, yo elegiría este amor con que odio, esta esperanza que come panes desesperados. Aquí pasa, señores, que me juego la muerte” (Juan Gelman)

Seguramente, cada persona podrá extraer sus propias conclusiones del debido párrafo, no obstante, voy a tomarme la libertad de expresar como lo han interpretado mis ojos.

Si bien la vida es una, la percibimos cuando realmente un duro golpe nos acecha, cuando la amenaza que pone en riesgo nuestra integridad física y psíquica llama a nuestra puerta, bien sea de manera sutil (a partir de un pequeño toque) o de manera brusca y violenta (a dos manos, a zarandeos y a golpetazos fuertes, sonoros y estridentes).

No somos realmente conscientes de que la salud no es solo ausencia de enfermedad. La salud es algo mucho más amplio, que abarca tanto cuerpo como mente y alma, siendo ésta última el elemento más sabio de la triada. El alma invita a la intuición, a poner en marcha sus recursos para llevarnos a andar ese sendero que nos conducirá a nuestro destino, único y diferente. Escuchar a nuestra intuición por encima de a nuestra cabeza seguramente nos hará sentir un poquito más felices o, dicho de otro modo, en sintonía con lo que somos.

La inocencia… qué decir de esa virtud que acompaña a la mayoría de los niños que habitan el planeta Tierra. Virtud que no deberíamos perder y que, por desgracia, tal y como vamos creciendo y vamos formando parte del sistema que nos “adoctrina”, hemos aprendido que todos debemos ser IGUALES, luchar por ser SUPERIORES, ESFORZARNOS por lograr más y más, COMPETIR con el otro…

Podría no acabar de expresar todo lo que los adultos occidentales hemos aprendido con el supuesto objetivo de ser felices, porque “parece” que, cuanto más, mejor. Pero, permíteme decir que, cuanto más, a veces… menos. Si buscamos más perfección, más poder, más control… por alguna parte de nosotros mismos habrá menos. Y este menos seguramente se verá reflejado en la SALUD MENTAL.

Más perfeccionismo, menos salud mental; más control; menos salud mental; más competitividad, menos salud mental…

La pureza e inocencia de un niño no entiende de normas, de reglas, de doctrinas… Simplemente, un niño se deja llevar por su intuición (la que he nombrado anteriormente), y la que le lleva a la plenitud, al éxito, al disfrutar del ahora, porque somos ahora.

¿Sabemos amar realmente? Quizá seamos conscientes de que es el amor cuando nos vemos sumidos en el más profundo odio, hacia los demás o hacia uno mismo… Quizá sea entonces cuando extrañemos el amar bien, porque amar no entiende de odios. El amor como el principal elemento para vivir, para vivir realmente y para vivir de manera real…