MIEDO al MIEDO…
Ese fantasma paralizante, que, sin base alguna, decide tomar el control de la vida de unx mismx.
Miedo… ¿a qué?
Miedo a que pasen ciertas cosas, o, en cierta manera, miedo a que no pasen…
Cuando actuamos desde el condicionamiento (dirigidos por el miedo), doy por hecho, y aseguro, que no disfrutamos de aquello que hemos decidido realizar.
Tener miedo al miedo. Sentir un pavor terrorífico.
Vivir esperando un monstruo que, realmente, solamente existe en nuestra mente.
Vivir esperando lo temido, como si por el simple hecho de poder pensarlo, ya pudiésemos crearlo.
Por tal, muchas veces, intenta no creer lo que estás pensando. No des todo el peso al miedo que, condiciona y coacciona.
Haz, desde el disfrute.
Pero con esto no quiero que pienses que te estoy invitando a tapar, o cubrir dicho miedo.
Déjalo salir, pero acompáñalo, para que se marche, se disipe, se esfume, se vaya…
Clara, condicionada día y noche por el miedo a que le pueda suceder algo. Solamente por pensarlo, cree que va a crearlo.
Clara no es maga, ni vidente.
Clara como ser humano, vulnerable y fuerte a la vez que, en momentos de flaqueza, rinde pleitesía al puto miedo.
Ese que la limita, la amordaza, la sumerge en un pozo (con fondo).
Sea dicho, pozo con fondo, sí, porque existe la posibilidad de tocar fondo, coger impulso y decidir salir, flotar…
Dejar de sumergirse en las profundidades de los no-hechos. De las no-realidades.
Clara, viste y calza una poderosa gestión emocional, la que le va a permitir cuestionar, debatir a esos fantasmas meditabundos, para por fin, acompañarlos, y
Que
Se
Vayan
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Por Raquel García Bayarri
