Hoy abro haciendo especial mención a todas las personas valientes que, a base de pisar; tropezar; errar; equivocarse; caerse y levantarse, saben que de tales errores resurge su mayor tesoro: su valentía.
O puede que, del no error también resurja la fuerza que les impulse a tomar la decisión de asistir a terapia.
Porque muchas veces, el permanecer quieto, impasible, viendo la vida pasar, también supone un “darse cuenta” de que falta mucho o que sobra algo.
Falta mucho por descubrir, explorar, conocer… de unx mismx.
Sobra algo de inseguridad, incertidumbre, perfeccionismo… que no permite coger impulso.
Así pues, el mundo también está lleno de personas que deciden tomar las riendas de su vida, con las ganas de poder crecer, cambiar y evolucionar.
Debo reconocer que, no es nada fácil decidir abrir “la caja de pandora”, porque muchas veces, se vive de manera más cómoda “con los ojos cerrados” o “en el País de Nunca Jamás”. Pero decir que la vida no es sólo fantasía. Crear magia es maravilloso, vivir en un mundo de falsa ilusión resultaría un tanto engañoso.
Así pues, hoy, estas líneas, por y para vosotrxs.
Esas personas que me inspiráis, que decidís sentaos en una silla con el fin de exponer vuestras “vulnerabilidades”; que decidís “soltar” vuestros amarres; que me exponéis vuestros secretos…
Porque no es fácil darle la cara a una pandemia mundial y, al mismo tiempo, sacar espacio para proteger vuestro mayor tesoro: vuestra vida.
Por salud, hemos ido en contra de lo que es natural para el ser humano: hemos estados casi dos meses encerrados entre cuatro paredes, y, aun así, vosotrxs, habéis luchado y lo seguís haciendo para poder salir de la peor jaula habida y por haber: una mente cerrada y bloqueada.
Gracias por tanto y, sobre todo, gracias P.G.C por crear magia en nuestras sesiones.
Por Raquel García Bayarri, psicóloga
