Tu vida descrita en base a un árbol: su semilla como el inicio, sus frutos como el resultado…
Sauce llorón, cocotero, roble, abeto… El denominador común de las cinco palabras escritas es el siguiente: pertenecen al campo semántico ÁRBOL, el cual está compuesto por una serie de elementos, siendo éstos la raíz o raíces; el tronco; las ramas; las hojas; la copa y finalmente, dependiendo de la especie, los frutos.
No existen frutos sin raíz, ni raíz sin una semilla previa, la cuál ha de ser plantada por un humano que dedique parte de su tiempo a pensar en dicha idea y llevarla a cabo.
Tomás, 27 años. Soñador, aventurero, buscador de sensaciones. Dedica gran parte de su tiempo a la lectura, a viajar y a la fotografía como modo de trasmitir todas las vivencias experimentadas en cada una de sus aventuras. De profesión: camarero. Se considera una persona muy suya en cuanto a disfrutar desde lo más profundo sus andanzas, pero, como las caras de una misma moneda, por otra parte, le gusta expresar hacia afuera sus emociones, le gusta el contacto con la gente, así que, no puede quejarse de trabajar de cara al público. “Bueno, está bien, hablo con la gente, algunas personas agradecen mi trato en cuanto a ellos, aunque otros… la verdad, mejor hablarles por señas por lo desconsiderados y poco amables que pueden llegar a ser”.
Los viajes, las expediciones, la gastronomía internacional, la cocina de vanguardia, el Street food, las diferentes culturas, las diferentes religiones… todo lo que implica mundo le mantienen vivo como la llama de una vela recién prendida. Capturar emociones expresadas a través del cuerpo; momentos que dejan huella, previamente visual, posteriormente digital; rincones insólitos cuyas visitas próximas quedan en interrogante… ¿Todo esto? Todo esto no está mal (como no lo está su oficio de camarero), esto es brutalmente genial, porque sus expediciones deben ser compartidas con el mundo. Viajar por el mundo para el mundo, disfrutar de sus “hobbies” para compartirlo con cada una de las personas que conforman este planeta llamado Tierra. Dedicarse a la fotografía a tiempo parcial, mientras combina girar y girar alrededor del planeta. Es una brillante idea.
Foto: Julián Zaragozà – Zona norte de Vinaròs
Recuerda, el agricultor que plantó un árbol por primera vez, hizo una primera siembra de la semilla cuyo objetivo final fue tener entre sus manos los frutos. También tuvo una brillante idea, pero le supo a poco, así que, se puso en marcha, visualizó sus objetivos y como no, fue a por ellos, hasta que puedo obtener pasado un tiempo las frutas deseadas.
Simplemente decirte que, si tienes un objetivo, ve a por él, no te detengas. Tener las ideas es el primer paso que te acercará a tu objetivo final siempre y cuando te pongas en marcha. No olvides, el tiempo es sabio, y todo aquello que realices supone un proceso. No vas a recoger los frutos el primer día de siembra, pero si perseveras y dejas que el tiempo fluya, verás como todo llega.
