Tras la derrota en casa ante el Hércules “B” se queda sin opciones matemáticas en la última jornada.
Se consumó el descenso del conjunto cadufero. No ha sido una temporada fácil en muchos aspectos, ya deportivamente se notaba cierto desgaste entre Ramón Llopis, el que fue entrenador hasta la antepenúltima jornada de la primera fase, y los jugadores, parte de la afición y la directiva. Una primera fase en la que la falta de gol en momentos clave, los empates acumulados y la falta de público en el municipal “Pichi Alonso” lastraban al conjunto rojillo.
Tras la destitución del técnico de Burriana, se encontró aire, pero no pudo aprovechar 2 matchballs. El primero en Vilamarxant donde la victoria le daba la salvación, pero no pudo pasar del empate, y posteriormente el equipo se quedó a un gol ante el Alzira, en casa, de firmar la salvación en la última jornada. Esos resultados condenaron al equipo a jugar una fase de permanencia terrible. Terrible por lo que había en juego, los partidos de enorme exigencia y con clubs con experiencia y tablas en la categoría.
Finalmente, ayer, y de nuevo ante la afición entregada y orgullosa de ver a su equipo en 3ª División, no pudo ante el todopoderoso filial del Hércules. Certificando así el descenso de categoría, que además conlleva “doble” castigo, ya que con la nueva reforma de la RFEF la 3ªRFEF se convierte en la 5ª Categoría del fútbol español y la preferente en la 6ª.
Esperamos ver de nuevo al Club Deportivo Benicarló llenando las gradas de ilusión, haciendo vibrar a la afición con la vuelta, muy pronto, a las categorías nacionales. Dando ejemplo de fe, coraje y trabajo, que seguro que con el aliento de la afición en el municipal y todos unidos, llevarán al club a donde merece estar.
