Cuantas personas se sienten libres los días sábado y domingo. Porque la alarma suena a deshoras, o porque directamente no suena, o bien porque no hay una planificación la cual se deba llevar a cabo de manera estricta y rigurosa. Porque se pueden permitir el “lujo” de saltarse la alimentación tan cuadriculadamente perfecta: Hoy desayunamos chocolate con churros. Nos pasamos el día entre mantas, películas, cubos de palomitas y refrescos de cola extra cafeína.
Finalizado el domingo y, habiendo vivido un sinfín de actividades placenteras (dentro de lo que supone la normativa en tiempos de pandemia), toca programar de nuevo el reloj a las 7,30 del día LUNES, del año 2021. Y qué decir…
Lunes es solo una palabra. Tú decides el significado.
Porque la vida es una y el tiempo pasa. Y no te espera. En tus manos está el significado que le puedas dar al lunes, o martes, o miércoles…
Si tu trabajo te llena, vivirás un lunes como si fuese un sábado.
Si tu vida te gusta, no te importará que un domingo venga tildado con matices de lunes.
El significado que le podamos dar a los días, a las experiencias que vivimos, a los imprevistos laborales, etc. va a depender de nuestra decisión. Porque en nuestras manos está abrir los ojos bajo el mandato de la alarma y pensar: “buf, lunes, que ganas de que sean las 20:00”, o, por el contrario: “espero poder estar presente en todo momento, haga lo que haga, me guste más o me guste menos”.
El lunes será menos lunes si trabajas en lo que te gusta (siempre y cuando puedas conseguirlo).
El lunes será menos lunes si disfrutas de lo que haces (tomar un café caliente a medio día a modo de supervivencia; sesión deportiva al finalizar la jornada laboral; preparar la comida del día después; agotar existencias de tu chocolate favorito…)
Porque déjame recordarte que el lunes es un día MÁS de la semana.
Un día MÁS por el que vivir.
Simplemente por esto, merece la pena vivir más desde el agradecimiento que desde la queja.
Porque tú decides que matiz darle a tus días, a tus lunes o a tus sábados.
FELIZ DÍA
Raquel García Bayarri
